Reseña:

Una y otra vez Rousseau repite que él trata del Derecho y no de los hechos. Ciertamente, aunque sólo habiten en el reino de la utopía, los modelos políticos son necesarios porque sirven de criterios normativos para juzgar la realidad. En el relato de las Confesiones, Rousseau cuenta cómo obtuvo las ideas que forman el Discurso sobre la desigualdad humana, de esta manera: sumergido en el bosque, buscaba y encontraba la imagen de los primeros tiempos, cuya historia trazaba con orgullo; atacaba las miserables mentiras de los hombres, osaba poner al desnudo su naturaleza, seguir los progresos de los tiempos y las cosas que le han desfigurado y, comparando el hombre del hombre con el hombre natural, mostrar en su pretendida perfección la verdadera fuente de sus miserias. Esta comparación entre el hombre del hombre y el hombre natural es el punto de partida para la reflexión política.