Reseña:

Este volumen constituye, antes que nada, una invitación a transitar de nuevo las sendas, enmarañadas y laberínticas, del pensamiento judío contemporáneo. En él pervive todavía un eco de la Voz, de la inscripción verbal del Absoluto en el tejido del mundo. En un escenario, como se sabe, desértico: como si la monótona superficie arenosa presagiase ya el blanco de una página hospitalaria para con la escritura. Antes, milenios antes, de que Nietzsche nos sobrecogiese con el anuncio de que el desierto crece, una experiencia espiritual de signo bien distinto supo hacer de aquel espacio habitable. Quizá esa vivencia pueda servir de ayuda a nuestra inscripción, al parecer inevitable, en la desolación del nihilismo consumado. Aun a sabiendas de que hace ya mucho que la Voz ha callado, y su transmisión o recuerdo -el corpus espiritual del judaísmo no es, de la Biblia al Talmud, o del Midrás a la Cábala, otra cosa que ese ejercicio de constante evocación- viven bajo apremiantes amenazas. No obstante, entre la Palabra y el silencio, entre tradición y secularización, entre Auschwitz e Israel, entre fe e incredulidad, entre Atenas y Jerusalén, entre centro israelí y diáspora planetaria.