Reseña:

"En Tsúremberg no nos falta nada. ¿Queremos comer?: ¡tenemos hambre! ¿Queremos beber?: ¡tenemos sed! ¿Queremos hacer algo que está prohibido?: ¡tenemos al rebe que nos dice por qué no debemos hacerlo! ¿Queremos tener una tierra para nosotros?: ¡tenemos sueños! ¡Y además, tenemos tanta pobreza, que si tuviéramos un poco más, no tendríamos dónde meterla! ¿De qué nos quejamos?". Por supuesto, los habitantes de Tsúremberg no dejarán de quejarse. Como en su primera aparición en La circuncisión de Berta y otras crónicas de Tsúremberg, los personajes de esta pequeña aldea perdida en algún lugar de Europa Oriental se quejan con motivos o sin ellos. Y a los viejos vecinos se suman otros nuevos que renuevan los temas de discusión, los rezos y las mil y una formas de usar el único bien que no escasea en Tsúremberg: ¡la papa! Rudy va tejiendo a través de estos relatos un universo entrañable, tan real como mágico, donde resuena toda la historia y las tradiciones de los inmigrantes judíos que llegaron a la Argentina.