Reseña:

Esta novela, concluida antes de la crisis económica global de 2008, anticipa su estallido. En sus páginas prevé, mediante la alquimia de la ficción, los acontecimientos que llevaron al mundo al borde del caos sistémico y cuyos efectos, disimulados por la droga financiera que mantiene en pie el aparato adicto, más que probablemente no han terminado de manifestarse y nos acompañarán por muchos años. Cualquier lector mínimamente informado reconocerá en este libro lo que la experiencia posterior sacó a la luz. No obstante, la novela de Jorge Andrade no posee sólo la virtud de la anticipación. La agudeza del autor le permite penetrar una realidad que es menos evidente que el estallido financiero a la vista anestesiada por el cambio continuado del paisaje urbano. Andrade disecciona la nueva sociedad urbana feudal. La transformación, rampante desde los años setenta del siglo XX, se ha acelerado en la última década y no tiene miras de frenarse. La novela profundiza en la cuartelización de la ciudad, es decir su fraccionamiento en núcleos cerrados con fueros propios que se segregan de las normas de convivencia de la sociedad en su conjunto. La proliferación de barrios ricos con poder de polícía y que pretenden sustraer a la justicia los hechos delictivos que se consuman en su interior para que sean juzgados por sus pares; las favelas, donde las fuerzas del orden estatal no entran si no es mediante pacto previo con los capos que manejan desde allí los diversos comercios ilegales, han hecho estallar en pedazos la urbe ideal, vanguardia que la burguesía ilustrada quería al frente de su utopía del progreso indefinido. Si la capacidad de Andrade para abordar la prospección de la realidad y para analizar los fenómenos sociales es remarcable, no lo es menos su manejo de los recursos literarios apropiados para dramatizar los hechos. Jorge Andrade gradúa la tensión narrativa con maestría, mediante el ejercicio de una prosa impecable y la justa dosis de una ironía refinada y eficaz.