Reseña:

En el drama individual de varios personajes se alzan los hilos trágicos de una sociedad en movimiento, de un espacio extenso y dividido que aparece con los colores de la crueldad y la esperanza. Estas dos obras de teatro comparten un ambiente y varias atmósferas, la frontera es el marco en que se desarrollan las escenas, ligar en que los personajes anhelan encontrar lo que su propia tierra les había negado. En Banderas de esperanza los lectores, spectadores en el escenario de la imaginación, miran el tránsito de unos inmigrantes por el desierto inclemente, la fiereza del entorno geográfico se ve superada por unos cazadores despiadados, en contrapunto de lo que sucede en el lugar de origen y de partida donde el dolor es el de la familia desgajada por la ausencia y las noticias de la muerte. En Anacleta se da también este drama doble en la voz de la madre en el teléfono a lo lejos y la acción intensa de la vida nueva que se afronta como torbellino, la degradación y la violencia sufrida como segregación ante el doble sino de la pobreza y la condición de género. En ambas obras hay viajeros que se fueron para siempre, para enfrentar las amenazas de un destino incierto.