Reseña:

Libre de pronto de ataduras y hambriento de conocer el mundo, un joven provinciano se traslada a la capital, donde no tarda en encontrar un modus vivendi que combina los estudios universitarios con el cuidado del jardín de la mansión de una viuda muy hermosa. No hacen falta más ingredientes para contar una historia de amor cuya ruta transgresora de los convencionalismos sociales evita únicamente el territorio de la inmoralidad, ilustrando aquello de que en el amor todo se vale. Es además la historia de una mujer sin complejos, absolutamente independiente, excepto de sus pasiones; de esas que en México se han dado tan cabalmente, tanto en la ficción -vgr. Catalina Ascencio, el gran personaje de Ángeles Mastretta en su Arráncame la vida, o la Ausencia de la China Mendoza- como en la vida real -María Félix o Antonieta Rivas Mercado, por ejemplo. Escrita con gran soltura, alternando episodios de divertida picardía con escenas de tenso dramatismo, ésta es una novela tan amena que apura a terminarla y, sin embargo, es imposible no experimentar una sensación de despojo una vez que se llega al final.