Reseña:

Dos poetas potosinos, dos neoleoneses y uno sonorense se reúnen en este volumen. Porras hace una poesía del presente, de celebración del instante, de presencias que buscan conciliar los sentidos de las cosas. Esquer apuesta por una poesía del momento, quiere llegar por el camino más corto a sí mismo, busca ver con ojos abiertos las fisuras de una realidad colectiva, a la espera de cualquier prodigio. Rangel escribe desde la certidumbre de que el mundo es una desesperación; paisajes urbanos, íntimos murmullos, visiones del solitario, éxtasis nocturno: son los corredores de un naufragio aún no consumado. Alonso aprovecha los motivos cotidianos para tratar de buscarles una relación con el sentido último de las cosas: Dios, el fuego escondido de los días. Los poemas de Aguilar persiguen constantemente la imagen; haciéndose presente el acto poético, indaga su sentido, busca la fuerza de su vínculo con el mundo y los individuos, su valor para el futuro.