Reseña:

El desastre nuclear de Chernobyl esparció la muerte y la destrucción a lo largo de un enorme territorio natural y social: la tierra se llenó de horror y, asimismo, de relatos humanos. Caída la noche cuenta la historia de un hombre que viaja en moto por el campo de ucrania. Su objetivo es llegar al pueblo donde vivió con su familia para buscar algo que no quiere revelar, pero el acceso al lugar, como a los demás puntos cercanos a la zona del desastre, se encuentra restringido. Así, el viaje se transforma en una misión silenciosa, que realiza acompañado sólo por un amigo del pueblo, con quien comparte las emociones que lo invaden durante el camino y, especialmente, al llegar a su antigua casa. En medio de la noche el personaje enfrenta la pérdida y devastación de los espacios de vida que ya no existen. Aun así le es posible distinguir una tierra que todavía respira en los lugares que han quedado intactos e inmóviles, como el bosque rojo. "ahí habían existido millares de palabras, conversaciones de paseantes, detonaciones y ladridos de perros que se perdieron en el aire. El tumulto era una palpitación, el de la ciudad habitada, natural como un latido de corazón, y a nadie se le ocurría prestarle atención". Los personajes cuentan las historias vividas durante y después de la catástrofe. Cada relato trasunta la melancolía y el sufrimiento, aún latentes a causa de la gravedad del desastre. Los escenarios son fundamentalmente naturales, a pesar de que los espacios urbanos desolados hacen notar su presencia con intensidad. En el transcurso de la historia se crea un ambiente envolvente que es posible compartir y vivir en cada página, ya sea gracias a la noche o por el mundo interior de sutileza y misterio que acompaña a cada personaje.