Reseña:

Seis relatos sobre el fin del mundo. Recargado en la reja que separa el jardín de la banqueta, un vagabundo de cuerpo inmenso y expresión demoníaca: -La gran hecatombe_ El fin de la existencia_ Se sube en la reja y me amenaza con el puño: -¡Oye idiota! ¿Acaso crees que vas a vivir para siempre? Después se va, repitiendo de vez en vez la misma señal con el dedo medio erguido, estúpido y monótono en un intento fallido de ser obsceno. -¿Lo lastimó? - me pregunta el portero, que acaba de llegar con la caja de herramientas. Tiro el ramo a un bote de basura y me guardo en la bolsa el pañuelo sucio de sangre: -No. Sólo estaba gritando, colgado de la reja. -Menos mal. A veces el infeliz lanza piedras sobre los inquilinos. La semanada pasada, casi me partió la cabeza -me muestra donde lo lastimó mientras caminamos hacia la caseta-. El hijo de puta_ El tipo insiste en que el fin del mundo se va a acabar el fin de semana. De eso hace diez meses. Pero es lógico que los fines de semana vienen, van, y el mundo no se acaba.