Reseña:

Las reflexiones teóricas contenidas en este libro, aunque sean frutos de investigaciones realizadas en los últimos años, deben confrontarse con lo que pasó en los primeros meses del 2020, tiempo en el cual empezó a difundirse en el mundo la pandemia de COVID-19, que obligó a toda la humanidad a enfrentar la enfermedad y a protegerse del contagio quedándose en casa, así como a repensar sus estilos y formas de vida, revisando sus expectativas sobre el futuro. Los dos apartados en los que está estructurado este volumen pretenden estimular una reflexión sobre el "habitar", sus formas y sus contenidos a partir de sus raíces históricas a través de un análisis del presente, imaginando posibles evoluciones y desarrollos originales en el futuro. Más allá de las emergencias, las recientes investigaciones sobre las formas de vida contemporáneas enfatizan la necesidad de volver a discutir el papel de la arquitectura en la sociedad como expresión y como elemento capaz de promover su desarrollo y progreso. La crisis sanitaria acentuó esta percepción y obliga, no sólo a los profesionales, a devolver los temas de la vida al centro del debate cultural, no a través de propuestas de estilos o de formas, sino al reiterar la centralidad del usuario y, por lo tanto, la responsabilidad de la arquitectura para satisfacer las necesidades primarias como las relacionadas con la esfera psicológica y emocional, y así promover, en última instancia, una identificación entre el hombre y su entorno