Reseña:

"Conocí a Mariana Moguel Robles de manera fortuita y afortunada. Acudí a Santa Martha Acatitla a realizar un trabajo profesional y allí coincidimos. Sabíamos de nuestra existencia, ella joven y destacada política capitalina y yo observadora crítica del poder, pero jamás habíamos propuesto encontrarnos. "Vi una mujer joven, dinámica con ganas de hacer cosas, de decirlas, es más, de gritarlas. Vi una mujer madura con horas de trabajo y compromisos atrás, pero al mismo tiempo jovial, alegre, llena de ganas de vivir. "Nuestros caminos se cruzaron y, desde entonces, he mantenido una relación con ella que poco a poco se transformó en una amistad que hoy, entre sus frutos, está el privilegio de leer este entretenido libro, que es parte de sus memorias y recuerdos. A pesar de ser muy joven, tiene una necesidad existencial de escribirlas y compartirlas. Quiere contar de sus experiencias porque cree que a muchas mujeres y jóvenes les podrían servir saber que no están solas ni solos y que otras personas han pasado por lo mismo, cosas malas y buenas las cuales al final las lleva a ser lo que son; ella está orgullosa de lo que es".