Reseña:

Libro que festeja el centenario del nacimiento del autor, cuyas obras teatrales permanecieron en las sombras debido a sus diferencias con el gobierno cubano, el cual a su muerte lo condenó al olvido. La relación de Cuba y Piñera ha cambiado radicalmente en la isla. A raíz de la celebración de su centenario, Virgilio Piñera ha sido ampliamente editado en sus diversas facetas de poeta, narrador y ensayista, habiendo quedado pendiente el teatro. A fin de dar al público una muestra de la gran vocación que este autor tuvo por este género, Arte y Escena, S.A. de C.V. (Ediciones El Milagro) ofrece una antología compuesta por cuatro obras: La primera de ellas, Electra Garrigó, una reescritura de La Orestiada, muestra una sociedad frustrada, acorralada en su desesperación. La segunda pieza, Aire frío, es una obra escrita en un estilo aparentemente realista, que lleva a la perfección un mecanismo expresivo que analiza el ámbito familiar de aspiraciones pequeñoburguesas como un universo social en sí mismo. El trac, título de la tercera obra, es una pieza muy breve, casi un guion destinado a una cuidadosa elaboración escénica y a explorar las posibilidades expresivas e interpretativas del actor; su sentido de experimentación, de ceremonial rítmico, la inserta en la concepción piñeriana del teatro como juego de personalidades, de máscaras alternas, más que como una historia por contar. La cuarta pieza de esta serie, La Boda, trata de agotar todas las combinaciones posibles acerca de la razón verdadera del rompimiento de una boda. La negación de una especie de dictamen social no es una huida, ni darle la espalda a la realidad; decir no es la forma primaria de la revuelta.