Reseña:

"Locus solus", espacio en el que la soledad hace posible, desestabilizándola, la condición refleja y autosustentada del habla, es un libro de renuncias con aspiración panorámica. De renuncias porque toda elección supone un recorte; la elección de una perspectiva es incluyente sólo de forma relativa. Entonces la renuncia a la totalidad admite la falibilidad de la elección, y valida la reunión sólo como parcialidad, como perspectiva singular. La aspiración panorámica le viene del deseo de sugerir una mirada conjunta que dé cuenta de los desplazamientos que la forma monológica, en el marco de la literatura dramática, ha descrito durante las dos últimas décadas en nuestro país. Es apenas un desajustado inventario en el que se constata la coexistencia geológica (seguimos la imagen que sugiere Fernando Curiel Defossé para sustituir la metáfora biológica que explicaría las relaciones de grupos y periodos mediante vínculos consanguíneos) de capas simultáneas y superpuestas de autores en activo, pertenecientes a generaciones diversas, que poco o nada tienen en común salvo el marco temporal y geográfico en el que se inscribe su práctica. De la introducción de Edgar Chías. La selección también le pertenece.