Reseña:

Mariana Hartasánchez es una autora prolífica y la farsa es el género qaue suele elegir para sus historias. Quizá porque en la farsa es permitido vivir posibilidades del mundo que en los géneros realistas serían inconcebibles. Haciendo una oportuna analogía, mientras el fantasma de Hamlet regresa para pedir venganza a su hijo, en Un banjo y dos muertos los padres regresan a exigir lo mismo, pero de paso pendejean a sus vástagos como lo hacían en vida. Muchos fantasmas rondan esta obra, desde una mano perdida por un mago esquizofrénico hasta esas heridas que nos dejan los muertos cuando parten, heridas irresueltas, como si en los mismos genes quedara grabado el dolor, el rencor, todos aquellos problemas pendientes de sus vidas. Mariana Hartasánchez escribe teatro y su eficacia se ha comprobado en la escena. Palabras, acciones y persobnajes que nos muestran esa visión peculiarmente absurda, humorística y dolorosa, junto a esos retruécanos del lenguaje, rasgos característicos de su ya afilada poética. - Ginés Cruz